El mundo del relativismo

De acuerdo con Jaime Nubiola : “El relativismo se ha convertido en la tendencia de moda, mientras que tener una fe clara según el Credo de la Iglesia Católica es considerado por muchos un fundamentalismo. Se promueve la dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja sólo como medida última al propio yo y sus apariencias.”
Se ha denominado esta tendencia como la “dictadura del relativismo” esto resultado de la avanzada cultura democrática en donde se asume por principio que todas las opiniones valen lo mismo y que nada es absoluto.
Partiendo de lo anterior, surge el siguiente cuestionamiento: ¿Cómo se ve reflejada la dictadura del relativismo en nuestro entorno social? Ahora veamos como el relativismo se ve reflejado en la forma como se percibe el aborto desde esta perspectiva. El tema del aborto pone al descubierto esta tendencia, al plantearse diversas posiciones basadas en una palabra conocida y utilizada por todos el “depende”. Surgen otras interrogantes, ¿Qué es lo que depende? ¿A partir de qué o quién debe medirse todo lo que nos rodea o sucede?
Existen diversas posturas, por un lado está el argumento que considera al aborto como un derecho de la mujer sobre su cuerpo. Otro argumento se valida en la idea en que el aborto es permisible cuando se interviene por razones de tipo económico, sociales, como una violación o biológicas, cuando es posible prever una malformación en el bebé que esta por nacer. Por otro lado, está la idea más difundida hasta ahora, que considera al que esta por nacer o nasciturus no como una persona, sino simplemente como la unión de varias células desprovistas de humanidad. La posición contraria a ésta, una posición pro vida fundamentaba que la concepción del feto contiene la información genética propia del ser humano, en consecuencia persona, y que a partir de entonces los derechos son de éste y no exclusivos de la madre.
Asimismo, se plantean ideas carentes de fundamento y razón, reflejo de lo que expresan muchas veces los medios, y que la mayoría adopta sin entrar a profundizar. En definitiva, se cree que lo correcto es lo que opinan las mayorías, una falacia en toda la expresión de la palabra. Tuve la oportunidad de hablar del tema y uno de los participantes de la discusión expuso que cada quien tiene su propia verdad y que la clave está en ser tolerantes a las diversas opiniones, porque la verdad es relativa. Lo antes expuesto deja evidencia la presencia de las ideas relativistas que pretenden evadir las verdades que son absolutas, como es en este caso el derecho a la vida inherente a cada persona. Es cierto que deben respetarse las diversas expresiones, pero por encima de éstas hay cuestiones fundamentales que son inmutables, estos son los valores de los que parten los distintos derechos fundamentales y los cuales deben defenderse de forma radical.

Retomando la premisa inicial, el relativismo a lo largo de los años se ha transformado en una actitud de moda. La fe se deja atrás y se le apunta como una idea absoluta y radical. El hombre ha promovido el establecer una ideología que reconoce que nada es definitivo.
Bajo el imperio del relativismo todos tienen su propia verdad y propio criterio. El hombre pasa por encima de las reglas de convivencia y la moral. La vida eterna, Dios, la moral están inmersos dentro del mundo de la subjetividad. El hombre crea, moldea, acomoda su verdad y es el eje central y el fin es su realización. No existen parámetros que definan lo que es correcto o incorrecto ya que todo puede ser, todo es válido. El hombre es egoísta y busca siempre justificar su conducta humana.
La sociedad al permitir la difusión de la idea que el hombre debe ser “la medida de todas la cosas” lo priva de sus derechos fundamentales, entre ellos el derecho a la vida, tal es el caso cuando se admite la eutanasia y el aborto. Con ello el hombre sólo logra destruir su propia existencia. El relativismo es una realidad que se está propagando alrededor del mundo y distorsiona nuestra realidad, nuestra naturaleza humana. ¿Por qué actuamos de esta manera? ¿Por qué nos conformamos con la idea del otro? ¿Por qué desistimos de buscar la verdad? El hombre tiene frente sí la posibilidad de encontrar la Verdad y seguir el camino correcto, esta sí que es una verdad absoluta.

BEINETTE